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Mostrando entradas de febrero, 2021

HABLEN, O MEJOR, ¿CALLEN?

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                La sociedad del s. XXI, la sociedad de la comunicación, la sociedad de LA LIBERTAD , está pastoreada por un conjunto de sociópatas de manual.                 Vivimos tiempos en los que el individuo cree sentir una libertad sin parangón. No existe ningún organismo estatal que le censure por decir o escribir lo que venga en gana, por ahora. La libertad de expresión es la bandera que agita frenéticamente toda una pléyade de comunicadores, bien pagados por el sistema estatal, cuando quiere erigirse como verdadera defensora de la libertad democrática contra una supuesta opresión neofascista.                 Una panda de juntaletras, presentándose como líderes revolucionarios de la horda de los “parias de la tierra”, hacen el juego psicológico de mostrarse como los atacados, los ofendiditos , los oprimidos, cuando son ellos los que, de forma indirecta, oprimen, atacan o excluyen a quienes osan pensar diferente.                 Esa retahíla de analfabetos letrados (¡me

NUEVO MITO O CÓMO USAR UN CUENTO CHINO.

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       Los mitos eran herramientas de comunicación y galvanización de ideas o pensamientos. Antaño eran de uso común, la falta de unos medios de comunicación veloces y el analfabetismo del pueblo común, convertía esos mecanismos en imprescindibles para hacer llegar nuevas ideas, hacerlas comprensibles y fijarlas en las mentes del vulgo.      Mensajes cómo “ayuda al necesitado”, “avaricia igual a perdición”, “acoger al arrepentido”, “es lícito luchar por el bien común”, etc…, formaban parte de un ideario común al que se le daba forma de esta manera. Los mitos eran el sistema utilizado para moldear la civilización de la que somos parte.       Siempre he creído, de forma ingenua, que los mitos ya formaban parte del pasado. Una sociedad hiperconectada, hiperinformada debería haber podido superar un sistema de formación arcaico. Cuál ha sido mi estupor al comprobar que el ser humano digital de nuestro milenio, sigue comportándose cómo sus antecesores “analfabetos”. Los “millennials”, ta

SOY UN HOMBRE. SOY UNA MUJER. SOY UN ZEPPELIN.

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  SOY UN HOMBRE. SOY UNA MUJER. SOY UN ZEPPELIN.   -Abolición de la propiedad privada ( destrucción del signo de la libertad real ). -Abolición de las naciones. -Eliminación del pasado ( aplicación de la ley de memoria histórica ). -Creación de verdades eternas ( victoria de la guerra cultural ). -Destrucción de la individualidad ( el hombre es masa no individuo libre ). -Destrucción de la familia (“ los hijos no son de los padres, son del Estado ”).                 Estos principios aparecen en el manifiesto comunista de Marx y Engels, presentados cómo los pasos a seguir para la instauración del socialismo mundial, de la dictadura del proletariado. Un nuevo sistema que no implica un cambio radical, simplemente es el cambio de manos del poder. Es la creación de una nueva élite que sustituye o superpone con la anterior. El individuo, el hombre, el ser humano de a pie  sigue en el mismo lugar. Acogotado por las imposiciones de una aristocracia (nueva o antigua, ¡que más

¿TIERRA Y AGUA?..., VEN, CÓGELOS TÚ.

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  ¿TIERRA Y AGUA?..., VEN, CÓGELOS TÚ. Se cuenta que los diplomáticos persas hacían la petición de “tierra y agua” a los gobernantes de las polis griegas para asegurar su pleitesía. La respuesta de los reyes de Esparta fue: “Ven, cógelos tú”. La respuesta de los que no estaban dispuestos a verse subyugados por un poder extranjero y bárbaro era clara: ven y hazte con ellos, si puedes. Aun sabiéndose en inferioridad aplastante, no estaban dispuestos a someterse sin luchar o morir si era preciso. Porque su libertad era el bien más preciado que tenían.                 Los juegos de la geo-estrategia de hoy día apuntan a un cambio de sede imperial. El poder se traslada al lejano oriente, y todo porque la sociedad occidental ha bajado sus brazos y se ha entregado cual doncella para el sacrificio al dragón rojo.                 El ejemplo más claro ha sido el foro de Davos. La reunión monetaria mundial donde un “invitado”, el líder COMUNISTA Xi Jinping, se ha impuesto y ha relatado las

TRANSFORMACIÓN, ASIMILACIÓN, DISOLUCIÓN, DESTRUCCIÓN. LLÁMENLO CÓMO GUSTEN.

  TRANSFORMACIÓN, ASIMILACIÓN, DISOLUCIÓN, DESTRUCCIÓN. LLÁMENLO CÓMO GUSTEN.                   Hace unos años leí un magnífico artículo de opinión del académico Arturo Pérez Reverte titulado “Los godos del emperador Valente”. Las noticias de las últimas fechas de la llegada de oleadas de inmigrantes ilegales a Canarias, la detención de una célula yihadista en Barcelona e importada en patera como “refugiados”, o la de un ataque con ácido a dos mujeres en Málaga, me lo han devuelto a la memoria.                 La civilización occidental se ha comportado cómo la cigarra del cuento durante el verano. Se ha acomodado, disfrutando de su estatus y posición, descuidando los tiempos futuros. Ha olvidado o renegado de donde viene. Ha olvidado la sangre y esfuerzo que supuso llegar donde está. Ha olvidado el deber que tiene para con las generaciones futuras. Y mientras disfrutaba de un duermevela placentero a la sombra de una higuera, los nuevos reclutas, “los americanos”, tomaban el rele

LOS ASESINOS DE LA HONESTIDAD.

  LOS ASESINOS DE LA HONESTIDAD.                   “¿Qué es un político papá?”, me preguntó mi hijo…                 Esa inocente pregunta me dejó pensativo. ¿Le doy la respuesta teórica o la real? Teóricamente un político es aquella persona que se siente en el deber máximo de servir y ayudar a sus compatriotas, y se entrega al sacrificio de su vida, tiempo y hacienda por ello. En la práctica, gran parte de las veces,  un político es un señor, o señora, no vaya a ser que me acusen de misógino, que se dedica a servirse él mismo de los mecanismos de la sociedad en beneficio propio, sin importar el perjuicio que pueda provocar al ciudadano gobernado.                 Ante esa disyuntiva, y tras mirarle a esos ojos llenos de candidez respondí: “Hijo, un político es un señor, o señora (de nuevo), que sale mucho en la tele para hablar de muchas cosas sin decir nada”.                 Ustedes pensarán que ¡vaya tipo de respuesta di!, ¿pero no creerán que voy a ser yo quien destruya es

¿EL APOCALIPSIS?

  ¿EL APOCALIPSIS?   De forma periódica en la historia de la humanidad se ha declarado la llegada del fin del mundo, todo lo que estaba a nuestro alrededor había de desaparecer. El último más famoso fue el 21 de diciembre de 2012. Muchos esperaban se cumpliese el Apocalipsis de San Juan, que se abriesen las entrañas de la tierra y nos tragase, la llegada fulminante de un meteorito que nos extinguiese cómo a los dinosaurios, una invasión de platillos volantes llenos de hombrecillos verdes o que a todos nos llegase una factura de internet que no podemos pagar y nos corten el “cordón umbilical con el resto del mundo”. Chorradas varias. Los “apocalipsis” sucedidos habitualmente se han vaticinado en el umbral de la llegada de un cambio mundial en los paradigmas que lo rigen, no siempre para mejor. Ante los cambios que se producían de forma escalonada o repentina, la mente humana siempre intentaba encontrar una respuesta, lógica o no, que los explicasen. En 2012 no estaban preparan

DOS HERMANOS.

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                                                               DOS HERMANOS La idiosincrasia de nuestra nación posee una cantidad de adjetivos innumerables pero el de cainita se mantiene pegado a nuestra piel como la tinta de un tatuaje indeleble.                 Dentro del “ADN español” tiene que existir una parte donde tenemos grabado el odio ancestral al feto que comparte con nosotros la bolsa amniótica dentro del vientre de la madre. Desearíamos poder meterle un dedo en sus ojos cerrados mientras le arrancamos el cordón umbilical para ahorcarle después con el. Estoy seguro de que los Caín y Abel del Antiguo Testamento fueron ambientados en la primera riña familiar desarrollada en el solar ibérico. Generalizando, que ya es mucho decir, el español podía definirse cómo extrovertido, comunicador, emprendedor, aventurero y, sobre todo , practicante de un cainismo feroz.                 Nuestra clase política, también de forma general, puede definirse de multitudes formas, agradab