¿EL APOCALIPSIS?

 ¿EL APOCALIPSIS?

 

De forma periódica en la historia de la humanidad se ha declarado la llegada del fin del mundo, todo lo que estaba a nuestro alrededor había de desaparecer. El último más famoso fue el 21 de diciembre de 2012.

Muchos esperaban se cumpliese el Apocalipsis de San Juan, que se abriesen las entrañas de la tierra y nos tragase, la llegada fulminante de un meteorito que nos extinguiese cómo a los dinosaurios, una invasión de platillos volantes llenos de hombrecillos verdes o que a todos nos llegase una factura de internet que no podemos pagar y nos corten el “cordón umbilical con el resto del mundo”. Chorradas varias.

Los “apocalipsis” sucedidos habitualmente se han vaticinado en el umbral de la llegada de un cambio mundial en los paradigmas que lo rigen, no siempre para mejor. Ante los cambios que se producían de forma escalonada o repentina, la mente humana siempre intentaba encontrar una respuesta, lógica o no, que los explicasen.

En 2012 no estaban preparando para la llegada de lo que venía “cociéndose” desde la caída del muro de Berlín, el lavado y blanqueamiento de la ideología asesina por antonomasia, el comunismo.

Ya me sorprendía en mis años mozos estudiantiles cómo el rodillo de la “corrección política” intentaba desprestigiar y acallar las ideas que no se amoldaban a los eslóganes “progres” del momento. Eso sólo ha ido tomando más forma y cuerpo en décadas recientes. Toda idea expresada era, y es,  facciosamente acallada acusándola de ese mismo fascismo opresor.

Les expongo un ejemplo clarificador. En el anterior régimen los artistas e industria de la farándula era afecta al régimen, solo ellos “comían” de él, los díscolos tenían poco trabajo en los escenarios o debían marcharse fuera. Esos mismos afectos, a la llegada de la transición, abrazaron las ideas más progres e izquierdistas imaginables. Es lo que tocaba con tal de seguir “comiendo” del presupuesto estatal. Ahora sólo unos escasos obreros de “las tablas” son lo que se atreven a disentir de alguna idea “progre” impuesta por la marea mediática y unas redes sociales sospechosas de colaboracionismo. Ellos saben que la cima del monte Parnaso, el sumun del Olimpo artístico se les queda casi inalcanzable.

El relativismo moral ha tomado por asalto la conciencia occidental. Todo vale si me conviene. Las religiones son expresión cultural, pero sólo si son las extrañas a mi civilización, el cristianismo es opresor. La libertad de expresión siempre es válida e intocable, pero sólo si esa expresión dice lo que yo quiero oír. Todos somos iguales, seamos mujeres u hombres, pero al que se sienta orgulloso de condición masculina hay que humillarlo, machacarlo, reducirlo a escoria humana. “Mi cuerpo es mío”, pero sólo para asesinar a otro cuerpo que viene a trastocar mis planes de eterna “Peter Pan”, siempre joven, irresponsable e inconsciente. La vida es digna, menos cuando ya eres una molestia no productiva para la sociedad, un pinchacito y adiós muy buenas. Y así todo. Aquí tienen una resumidísima relación de esas ideas de la nueva ética y moral.

Bienvenidos a nuestro particular “APOCALIPSIS”.

Cicerón el Escéptico.


 

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